Desde la aparición de las tragamonedas a principios del siglo XX, es mucho lo que se ha especulado sobre el funcionamiento de estos juegos, pero sobre todo, sobre la posibilidad de alterar su comportamiento de forma tal que se pueda acabar el día con el bote final. Los mitos van desde tragamonedas “calientes”, pasando por la presencia de sonidos particulares, hasta llegar a bugs en el juego que señalan la posibilidad de generar un beneficio. Entonces, cabe preguntarse: ¿Realmente se puede volver loca una tragamonedas en pleno siglo XXI? La respuesta a continuación.
En primer lugar, hay que partir de una premisa esencial: Volver loca una tragamonedas es ilegal, y puede traer importantes consecuencias para la persona que lo intenta. Tanto en casinos online como presenciales, miles de usuarios han intentado alterar la integridad del juego para conseguir algún beneficio, lo que es considerado como fraude por los sistemas jurídicos de los países.
La ilegalidad comienza en el primer momento en donde se intenta alterar la codificación e integridad del juego. Esto quiere decir que los típicos mitos de “Apostar en una tragamoneda caliente”, o intentar apretar un botón en la mitad del giro no es por sí ilegal (aunque sí está comprobado que no son reales) ¿El mejor consejo? Respetar la integridad del juego en todo momento.
La acción más típica ejecutada para volver loca un slot es a través de la modificación del código matriz del juego. Aunque esto fue parcialmente cierto en la época de las salas de juego presenciales, lo cierto es que el RNG de los juegos está pensado para ser inaccesible por los usuarios, quedando en espacios digitales encriptados.
En la actualidad, los expertos informáticos tienden a utilizar bots y algoritmos, de forma tal de saturar el funcionamiento de la tragamoneda. Asimismo, los ataques de latencias son otro de los métodos en donde se busca alterar el comportamiento del juego.
Aunque no vuelve “loca” una tragamoneda, apostar desde un criterio estratégico no infringe las leyes, y está llamado a generar beneficios adicionales a los usuarios. Algunas de las más comunes utilizadas para sacar el máximo provechos son:
Durante la década de los 70, cuando las tragamonedas alcanzaron su máximo apogeo en ciudades como Las Vegas, usuarios usaban imanes buscando trabar el juego cuando este daba un premio. Otros buscaban emitir corrientes eléctricas de forma tal de estimular el sistema de emisión de premios.
En la era digital, estos trucos ilegales han quedado en desuso, aunque es cierto que ciertos hackers han buscado la forma de hacer lo propio, ahora por medio electrónicos. Aquí algunos de ellos:
Los teléfonos fueron utilizados para grabar el comportamiento de la tragamoneda, de forma tal de conseguir ciertos patrones que pudieran indicar un beneficio. Este es uno de los motivos por el cual aún los casinos presenciales no permiten hacer grabaciones dentro de sus instalaciones.
También denominados Slot jammers, son dispositivos ilegales que están diseñados para emitir señales infrarrojas o impulsos eléctricos, de forma tal de interferir con los sensores de las tragamonedas. En la actualidad, las máquinas modernas cuentan con revestimientos de cobre, aluminio o acero que repelen estas señales, dejando sin efectos estos artefactos.
En principio, esto no es posible por parte de los jugadores. Los desarrolladores de iGames cuentan con licencias de juego, que certifican la integridad del RNG del juego (el código que emite combinaciones de números al azar para generar un beneficio). Esta licencia garantiza que solo el desarrollador del juego pueda alterar el mismo. Cualquier cambio realizado en la matriz del juego que no sea comunicado al ente regulador, hace que el juego sea ilegal de forma instantánea.
Es posible, sin embargo, conseguir tragamonedas de RTP variable, que pueden ser ajustadas por los casinos según sus propias necesidades. Pese a esto, esto no significa que se haya alterado el ciclo, simplemente quiere decir que se ha seleccionado una configuración del juego específica. Para garantizar esto, el casino tiene la obligación legal de exhibir el RTP del juego, de forma tal de generar una expectativa real y plausible del comportamiento del juego al apostador.
En principio, no es posible conocer qué símbolo caerá al finalizar la ronda. Esto es lógico, ya que de lo contrario rompería con la esencia misma del juego. Cuando un jugador acciona la tragamoneda, estimula el RNG; el cual no es otra cosa que un algoritmo que genera millones de números de forma aleatoria.
La combinación específica de estos números genera el símbolo, lo que garantiza que el juego sea 100% al azar. Dado que en los juegos certificados el RNG no tiene memoria respecto a la ronda anterior, lo cierto es que no es posible determinarlo.
Como se ha visto, es mucha la especulación que existe sobre el comportamiento de una tragamonedas. Con todo esto en mente, entonces: ¿Es realmente posible volver loca una tragamonedas? En la actualidad, con los avances tecnológicos, esto es verdaderamente difícil y en ningún caso es legal. Ahora ¿Qué es lo que sí se puede hacer? Escoger la mejor tragamoneda de forma quirúrgica, y apostar con estrategia. Esto aumentará las posibilidades de que el usuario acabe el día con algún beneficio.
En principio no. Cualquier acción que altere el funcionamiento típico del juego, tal como fue lanzado al mercado, resulta en fraude.
Lo ideal es inclinarse por juegos con RTP superiores al 95% y volatilidad baja. Esto permite una mayor rentabilidad de las apuestas.
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